La ginecomastia en adolescentes puede aparecer, ya que es el desarrollo de tejido mamario en varones, y es una etapa en la que el cuerpo atraviesa grandes cambios hormonales.

Lo que muchos padres y adolescentes no saben es que este aumento del volumen en el pecho es muy común y, en la mayoría de los casos, transitorio.

¿Cuándo aparece la ginecomastia en adolescentes?

Entre los 11 y los 14 años, hasta el 70 % de los adolescentes puede experimentar algún grado de ginecomastia.
Es parte del desarrollo hormonal y, en la mayoría de los casos, desaparece espontáneamente en uno o dos años.

¿Cuándo consultar a un especialista?

Si el volumen se mantiene después de los 16-18 años, o si el impacto emocional es fuerte, puede ser momento de hacer una consulta médica.

👨‍⚕️ ¿Qué situaciones requieren atención?

• Si el adolescente evita mostrarse sin remera
• Si hay dolor, inflamación o asimetría
• Si la situación genera angustia, vergüenza o retraimiento social
• Si no desaparece luego del pico hormonal

¿Qué se evalúa en la consulta?

En la consulta, realizo una evaluación física completa y, si es necesario, solicito estudios complementarios. El objetivo es descartar causas hormonales o médicas, y determinar si el volumen se debe a grasa, glándula o ambos.

En algunos casos, se recomienda esperar; en otros, la cirugía puede ser una opción segura y eficaz a partir de los 18 años (o antes, si el impacto emocional es severo).

¿Existe tratamiento?

Sí. La cirugía de ginecomastia es un procedimiento ambulatorio, seguro y con excelentes resultados en adolescentes que ya pasaron el desarrollo.
Cuando está indicado, permite resolver el problema de forma definitiva, mejorar la autoestima y recuperar la confianza.

¿Es común esta cirugía en adolescentes?

Cada vez más adolescentes y familias se animan a consultar. Entender que no están solos, y que existe una solución, es el primer paso para salir del malestar y prevenir secuelas emocionales a futuro.

Conclusión

La ginecomastia en adolescentes no siempre necesita cirugía, pero sí merece atención cuando persiste o afecta emocionalmente.

Como cirujana plástica especializada, mi enfoque es acompañar a cada paciente (y su familia) con información clara, contención y un plan a medida.